El lenguaje autoral de cada arquitecto es siempre la base para analizar su obra. El paso del tiempo demuestra la consolidación de su firma, permite reconocer influencias y referencias anteriores, al tiempo que presenta la constante actualización de este lenguaje, como un desarrollo formal que responde (y corresponde) al marco temporal en el que está inserto. Los proyectos de Studio Guilherme Torres son grandes ejemplos de este desarrollo, desde su fundación hasta la actualidad.
Observar los proyectos actuales con los más antiguos demuestra el camino de una práctica consistente y propia. Representado por su fundador, Guilherme Torres, la oficina fue creada en 2001, en Londrina, y desde 2010 tiene sede en São Paulo. Uno de los aspectos que caracterizan los proyectos es la restricción, aunque no en el sentido limitante del término, sino en el sentido de esencial. La restringida paleta de materiales resalta la iluminación de los espacios, lo que crea un vínculo con los ocupantes del espacio en relación al tiempo: día, estación, clima, según el propio arquitecto.
Una base más “uniforme” no significa monotonía: los objetos y muebles siempre tienen un detalle inusual y llamativo. Torres también trabaja como diseñador de productos, una práctica que comenzó, en parte, por necesidad, como suele ocurrir. En algunos proyectos, el arquitecto echó en falta objetos que no estaban disponibles en el mercado, por lo que empezó a crearlos para componer los ambientes. La mezcla de una arquitectura más austera con interiores más divertidos, es un fiel sello de los proyectos que llevan su firma. Esta combinación abarca proyectos de exhibición, arquitectura residencial y comercial, interiores y diseño editorial.
En inicios de los 2000, es posible asociar los interiores con el lenguaje de la entrada al nuevo milenio, en el que hubo una superposición entre la alta tecnología y lo moderno. A lo largo de dos décadas de funcionamiento, es interesante comprobar cómo el lenguaje también se ha actualizado con los tiempos y se mantiene contemporáneo sin perder su personalidad. Sigue habiendo algo provocativo, diferente, una especie de maximalismo sobrio, que se da en las grandes superficies del mismo material, en los divertidos muebles junto a piezas clásicas, o incluso en la representación gráfica de sus proyectos, llenos de elementos ilustrativos que insertan sus proyectos en otras narrativas, a ser creados por el observador.
La trayectoria de la oficina fue galardonada con el Architecture MasterPrize (2019) y el A’Design Award & Competition (2015, 2017 y 2018).